La política es le medio y tú, la solución.

El precio de desentenderse de la política, es ser gobernado por los peores hombres

En el actual estado de vacilación política en el que nos encontramos, donde no sabemos qué tipo de Gobierno dirigirá nuestro país los próximos 4 años –ni si tendremos que volver a las urnas en cuestión de meses-, parece que la política se ha convertido, de una forma u otra, en el tema central de toda conversación entre los jóvenes. Hace poco más de un año, solo unos pocos valientes se atrevían a opinar abiertamente sobre sus ideas políticas, no obstante, hoy en día todo el mundo se aventura a hablar de ello, en un ambiente más o menos distendido ¿Acaso la política se ha hecho más accesible? Aunque con muchos matices, podría responderse que sí.

La aparición de nuevos partidos políticos en Ayuntamientos y Parlamentos, han tenido mucho que ver, al demostrarnos que los cambios son posibles siempre que tengamos el coraje suficiente para luchar por nuestras ideas, con determinación y constancia. Aunque no podemos darles a ellos todo el mérito, pues han sido  los casos de corrupción que han salido a la luz estos últimos años, los que han generado el “caldo de cultivo” necesario para que todas las personas que permanecían calladas, decidieran romper su silencio.

El acercamiento de los ciudadanos a la vida política es algo fundamental en la democracia en la que nos encontramos, donde confundimos “participación política” con ir a votar cada 4 años. Somos responsables de gran parte de los problemas que estamos sufriendo, pues como ya dijo Platón, El precio de desentenderse de la política, es ser gobernado por los peores hombres. La participación ciudadana es una empresa que nos concierne a todos, ya que, de una manera u otra, nuestro futuro siempre se verá condicionado por las decisiones de nuestros representantes –pues para eso están-, y no podemos permanecer impasibles ante ello, tenemos que apoyar sus buenas decisiones e incentivarles a seguir por el camino correcto, a la par que denunciar sus comportamientos reprobables cuando así fuera necesario. Vivimos una crisis económica, migratoria, política y en general, de valores, que requiere de personas valientes y bien formadas que estén dispuestas a luchar por el bien general y darle la vuelta a la complicada situación en la que nos encontramos.

Hace apenas unos días concluía la XIª Simulación del Parlamento Andaluz, donde jóvenes andaluces esparcidos por universidades de toda España, se reúnen durante 5 días con el único fin de vivir en sus propias carnes el día a día de un parlamentario andaluz. Plenos, comisiones, debates, muchas votaciones y algún que otro caso de corrupción, tuvieron cabida en esta actividad. En este ambiente de compañerismo, empatía, formación y respeto, hemos visto a jóvenes comprometidos con la política y el futuro de sus compatriotas, que nos hacen ver que en España aún hay esperanza, incluso para la clase política.

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