La dictadura de lo políticamente correcto

“Señoras y señores, estimados homosexuales, estimadas lesbianas, estimados andróginos, estimados géneros fluidos,estimados transgénero…”  así comenzaba su intervención un parlamentario regional alemán, Steffen Körniger, el pasado mes de Junio, en el Parlamento de Brandeburgo, cuando se discutía una Ley sobre ideología de género. Y así continuó hasta sesenta modalidades diversas.Antes de empezar quiero dejar claro que comparto el objetivo de superar las discriminaciones injustas que se han cometido a lo largo de la historia contra las personas que hoy denominamos LGTBI.

Volviendo al discurso de este parlamentario alemán, que exageró este inicio para llamar la atención de hasta dónde puede llegar lo absurdo y ridículo del planteamiento de la ideología de género. Parece que hemos pasado de discriminar a la excepción y a la minoría, dentro de lo que de forma natural somos, hombre y mujer, y sentirnos como tal, a querer convertir una sociedad con infinita variedad de posibilidades de tendencias sexuales, o lo que es lo mismo una sociedad sin distinción de género puesto que cada uno podrá ser lo que en ese momento su instinto le ordene.

Es evidente que para esta nueva «perspectiva de género», la realidad de la naturaleza, incomoda, estorba, y por tanto, debe desaparecer. No se deben hacer distinciones porque cualquier diferencia es sospechosa, mala, y ofensiva. Dicen además que toda diferencia entre el hombre y la mujer es construcción social y por consiguiente tiene que ser cambiada. Buscan establecer una igualdad total entre hombre y mujer, sin considerar las naturales diferencias entre ambos, especialmente las diferencias sexuales; más aún, relativizan la noción de sexo de tal manera que, según ellos, no existirían dos sexos, sino más bien muchas «orientaciones sexuales”

Si bien el feminismo en sus inicios reclamaban derechos y reconocimientos totalmente legítimos (cosa que actualmente no ocurre, pero no voy a entrar en esto ahora) por el contrario la ideología de género lo que persigue, como toda ideología, es imponérsela a los demás. Los resultados los estamos viendo en la reciente “Ley 3/2016, de 22 de julio, de Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual en la Comunidad de Madrid.” Y seguramente en la futura ley de la Junta de Andalucía que en estos días se está debatiendo.

Con esta ley pasamos de castaño a oscuro, porque lejos de ser una ley antidiscriminación lo que hace es discriminar, señalar y multar a los que no se unan o compartan el pensamiento único y totalitario de la ideología de género. Es decir, si yo soy un profesor de un colegio y un niño de 8 años que se llama Carlos decide que a partir de hoy se va a llamar Carlota, si no la llamo Carlota puedo ser sancionado por discriminación. Este niño podrá cambiarse de sexo sin ni siquiera la autorización de sus padres. Es ridículo y perverso.

Es una ley que atenta contra la libertad de pensamiento, de expresión, religiosa y de educación.Todas ellas pilares de nuestra democracia.
¿Qué partidos comparten esta ideología? Desgraciadamente todos los partidos del arco parlamentario. Desde el PP hasta Podemos pasando por los independentistas. Y no parece que esto vaya a cambiar, todo lo contrario, parece que hay una lucha por conseguir el favor del lobby.

“No existe el derecho a un matrimonio homosexual” esto no lo digo yo, lo dice el Tribunal de Estrasburgo (Tribunal de Derechos Humanos (1)). Pero esto para el lobby LGTBI le da igual porque para ellos lo importante no es el matrimonio, esto da igual, eso ya está de sobra superado, lo importante es el “reconocimiento”, es decir, la imposición de un pensamiento único. Como dice Iker Jiménez Se ha hablado mucho de la censura, hoy en día qué peor cosa que te digan la palabra censor.(…) Curiosamente la censura, oficialmente, para la prensa ya no existe, aunque hay otro tipo de censuras, pero no solo para la prensa (…). La nueva censura es lo políticamente correcto”. Hoy lo políticamente correcto es comulgar con las posturas de la ideología de género. Y respetar al otro, tratarlo con la misma dignidad que a cualquier otro, no significa que no me pueda quejar que se destine dinero público a los cambios de sexo, o que a mis hijos se les adoctrine con una determinada ideología. Que yo no esté de acuerdo en llamar matrimonio a una pareja homosexual, no quiere decir que yo sea un homófobo.

Hace unos días me contaba un amigo que Facebook le había bloqueado el perfil durante 24h y amenazado con cerrárselo, porque subió un video de una entrevista, donde se protestaba por una campaña de El Corte Inglés en la que aparecía una pareja homosexual con un niño. Hace tampoco mucho tiempo se levantaba la bandera de la “libertad de expresión” para defender a la revista Charlie Hebdo y ahora esto no es libertad de expresión.

Pues bien ante esta dictadura de la ideología de género qué podemos hacer. Pues como dijo el  Papa hace unos días también “Hay una guerra mundial contra el matrimonio y el mayor enemigo es la ideología de género” (2). Y como siempre las batallas se ganan luchando, cada uno con sus armas, pero desde luego, en el sofá viendo la tele poco vas hacer. Si quieres ser libre y poder expresar tus ideas sin que te juzguen, te insulten o incluso te multen, tendrás que hacer frente a esta dictadura.

Despierta… Ya!

(1) http://www.urgente24.com/254820-el-matrimonio-homosexual-no-es-un-derecho-humano

(2) http://infovaticana.com/2016/10/01/papa-advierte-una-guerra-mundial-matrimonio-mayor-enemigo-la-ideologia-genero/

esperanza-ona-susana-diaz-lgtb

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